Perspectiva

Próximos requisitos legislativos

En los últimos años se ha registrado una dinámica sin precedentes en la legislación europea en torno a los envases de plástico y la sostenibilidad en general, con el objetivo principal de sustentar las ambiciosas metas de la Unión Europea en materia de neutralidad climática y economía circular. Hemos participado activamente en estos procesos legislativos colaborando en diferentes debates de grupos de trabajo y elaborando documentos de posición para aclarar algunos aspectos fundamentales de cara a introducir un sistema verdaderamente sostenible y viable.

 

Nuevas normas europeas de envasado

La Comisión Europea presentó el proyecto del nuevo Reglamento de envases de la UE al Parlamento Europeo y al Consejo el 30 de noviembre de 2022, y está previsto que el Reglamento jurídicamente vinculante se implante a mediados de 2024. Según el proyecto de Reglamento sobre envases y residuos de envases (PPWR, por sus siglas en inglés), todos los envases de la UE deben ser reciclables de aquí al año 2030 (nuestro objetivo es 2025). Se ha fijado una cuota para el uso de material PCR en los envases de plástico que será del 30 % para los envases de PET utilizados para alimentos y envases sensibles al contacto, así como para las botellas de plástico desechables para bebidas, del 10 % para los envases de plástico no PET de calidad alimentaria y del 35 % para todos los demás envases de plástico. También se promoverán los envases reutilizables mediante cuotas y sistemas de depósito obligatorios. En el futuro, las bebidas y los alimentos también tendrán que ofrecerse en envases reutilizables o rellenables. Los envases desechables innecesarios para frutas y hortalizas se prohibirán de inmediato, al igual que los envases en miniatura en el sector de la hostelería y la restauración a partir de 2030. La obligación de etiquetado a escala de la UE tiene por objeto proporcionar información clara sobre los materiales, la recogida y la eliminación de todos los tipos de envases. Además, la UE tiene previsto introducir normas sobre el uso, el diseño, la eliminación y el reciclaje de plásticos compostables.

Consideramos que la propuesta PPWR de la Comisión constituye un paso importante hacia una economía circular. Sin embargo, en un documento de posición destacamos la necesidad de aclarar y mejorar algunos aspectos normativos, incluida la igualdad de trato de todas las soluciones de envasado independientemente de su material, a fin de permitir una competencia ecológica justa. En efecto, si los objetivos o los requisitos legales se aplican únicamente a los envases de plástico, como se ha propuesto, el mercado se desplaza hacia soluciones de envases no plásticos con menos presión legal, pero sin beneficios ecológicos y con una huella de CO22e aún mayor.

 

Lucha contra la contaminación del plástico y en particular de los microplásticos

Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico de hasta 5 mm de diámetro que ocupan cada vez más el foco de atención debido a sus impactos negativos a largo plazo sobre el medio ambiente y la salud. La abrasión de textiles sintéticos y neumáticos de automóviles, así como la degradación de los residuos plásticos de uso doméstico, industrial o agrícola, conducen a la propagación de microplásticos en todos los estratos de nuestros ecosistemas (incluidos los alimentos y el agua potable).

En 2020, la UE adoptó el Nuevo Plan de Acción para la Economía Circular anunciando una iniciativa para abordar la liberación no intencionada de microplásticos en el medio ambiente. Entre otras cosas, se pretende desarrollar medidas de etiquetado, normalización, certificación y reglamentación sobre la liberación no intencionada de microplásticos, incluidas medidas para aumentar la captura de microplásticos en todas las fases pertinentes del ciclo de vida de los productos.

A esto le siguió el Plan de Acción 2021 «Hacia una contaminación cero del aire, el agua y el suelo», con el objetivo de reducir los diferentes tipos de contaminación a niveles que ya no se consideran nocivos para la salud y los ecosistemas naturales. Un objetivo específico para el año 2030 es mejorar la calidad del agua reduciendo los residuos, la basura de plástico en el mar (un 50 %) y los microplásticos liberados al medio ambiente (un 30 %).

Para monitorizar la liberación de microplásticos en el medio ambiente, la Comisión Europea tiene previsto introducir un sistema de elaboración de informes para todos los productores de materiales plásticos a partir del año 2024. En línea con esta iniciativa, hemos implementado un plan para contribuir a que nuestras plantas logren una pérdida cero de pellets. El programa se basa en las directrices voluntarias introducidas por el gobierno austríaco para evitar la entrada de materias primas plásticas en cuerpos de agua, pero ALPLA amplió la iniciativa a sus plantas a nivel mundial. En 2022 introdujimos una política de pérdida cero de pellets en 47 de nuestras plantas e iniciamos importantes cambios en nuestra logística a través de la instalación de aspiradoras y sistemas de drenaje fabricados a medida, entre otras medidas.

Paralelamente a la Unión Europea, las Naciones Unidas también están trabajando en un Tratado sobre Plásticos jurídicamente vinculante para el año 2024. En marzo de 2023, representantes de 175 Estados miembros de la ONU se comprometieron a poner fin a la contaminación de plástico abordando todo su ciclo de vida como material, incluida su producción, su diseño y su eliminación. ALPLA apoya la iniciativa y participa activamente en la Coalición Empresarial para un Tratado Mundial sobre Plásticos, ya que esto podría dar un nuevo impulso al desarrollo de la economía circular a nivel mundial.

Requisitos más estrictos de presentación de informes sobre sostenibilidad

La Unión Europea ha iniciado una serie de actos legislativos que obligan a las grandes empresas a publicar informes periódicos sobre los aspectos sociales y medioambientales de sus actividades, incluida una evaluación detallada de los riesgos en toda su cadena de creación de valor. Si bien esto solo entrará en vigor en los próximos años, ya hemos comenzado a prepararnos para los nuevos requisitos a fin de contar con la gobernanza de datos y los procesos adecuados para el momento en que los informes obligatorios sean aplicables a ALPLA.

La Directiva sobre los informes de sostenibilidad de las empresas (CSRD) y las nuevas normas europeas de información sobre sostenibilidad (ESRS) que la acompañan permitirán una evaluación coherente de los resultados en materia de sostenibilidad de todas las empresas y sectores (en particular, gracias a la garantía externa obligatoria de los informes anuales de sostenibilidad), lo que podría servir de base para futuras decisiones de inversión.

El Reglamento de Taxonomía de la UE también pretende vincular los resultados financieros y no financieros mediante el desarrollo y el mantenimiento de una clasificación de las actividades empresariales consideradas sostenibles, es decir, en sintonía con una trayectoria de cero neto para el año 2050 y con objetivos medioambientales más amplios sobre la base de una serie de criterios. La obligación de presentar informes sobre nuestras actividades empresariales en sintonía con la Taxonomía de la UE entrará en vigor paralelamente a la CSRD, pero ya estamos identificando las actividades que podrían alinearse con los estrictos criterios.

Además, la UE está trabajando actualmente en su Directiva sobre la diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad corporativa (CSDDD), centrada en la identificación y la mitigación de los riesgos medioambientales y de la defensa de los derechos humanos en toda la cadena de creación de valor. Esto complementa la CSRD con requisitos reales para que las empresas aborden los riesgos y las oportunidades entre sus proveedores (aguas arriba), así como entre sus clientes y consumidores (aguas abajo).

Por último, la Comisión Europea publicó una propuesta de Directiva sobre reivindicaciones ecológicas en marzo de 2023, con el objetivo final de combatir el ecoblanqueo y garantizar que las reivindicaciones medioambientales estén respaldadas por hechos verificables y auditados. Estamos siguiendo de cerca la evolución de esta iniciativa, sobre todo porque los Estados miembros serán los responsables de la monitorización y esto podría conducir a un enfoque heterogéneo dentro de la Unión Europea.